La Fractura Oculta: Tensiones entre AMLO y Sheinbaum detrás de la narrativa de unión
La transición de terciopelo no es un pacto de paz, sino una cirugía de poder: se extraen los órganos del viejo obradorismo mientras se mantiene viva su piel simbólica.
Reporte Krame | Octubre 2025 | Lectura: 12 minutos
Por Ghaleb Krame y Raúl Flores
Resumen Ejecutivo
La relación entre la presidenta Claudia Sheinbaum y su antecesor Andrés Manuel López Obrador (AMLO) constituye el eje simbólico de la Cuarta Transformación (4T).
Sin embargo, el contraste entre el discurso público de lealtad y la evidencia judicial y política sugiere una fractura administrada.
Lejos de un enfrentamiento abierto, se observa un reacomodo planificado del poder —una “transición de terciopelo”— donde Sheinbaum consolida el control real del Estado, desarticulando paulatinamente el bloque tabasqueño (AMLO–Adán Augusto–Audomaro–Bermúdez) mientras mantiene la narrativa de continuidad moral.
Filtraciones, detenciones selectivas y silencios institucionales no son accidentes, sino instrumentos de una operación de ingeniería política destinada a neutralizar el obradorismo duro y garantizar una sucesión controlada hacia 2030.
Washington observa, y en cierta medida arbitra.
México, mientras tanto, asiste a la mutación silenciosa de su proyecto político más grande en medio siglo.
1. La continuidad como táctica de poder
El 5 de octubre de 2025, en el Zócalo de la Ciudad de México, Sheinbaum presentó su primer informe de gobierno ante una multitud cuidadosamente organizada.
El tono fue de fidelidad: calificó a AMLO de “ejemplo de honradez” y prometió que “no va a ocurrir” ninguna separación, insistiendo en que comparten “valores como la honestidad y el amor al pueblo”.
Pero el subtexto fue de apropiación del legado: Sheinbaum convirtió la continuidad en propiedad discursiva.
Al enumerar logros —reducción de la pobreza del 45 % en 2008 al 29 % actual, incremento del salario mínimo en 135 %, reformas judiciales y soberanía energética—, el mensaje fue doble:
honra el pasado, pero se coloca como ejecutora más eficiente del mismo proyecto.
El estilo también marca la diferencia. Frente a la retórica emocional de AMLO, Sheinbaum ofrece tecnocracia con legitimidad popular: maneja los conflictos con EE. UU. (como el arancel del 25 % al acero) mediante negociación técnica, no confrontación ideológica.
Este contraste consolida su autoridad frente a las élites económicas y la comunidad internacional, pero alimenta recelos entre las bases obradoristas, que la perciben como distante.
La continuidad se convierte, así, en una estrategia de reemplazo gradual, no de sucesión doctrinaria.
2. Las filtraciones del huachicol fiscal: el laboratorio del fuego amigo
El 5 de octubre, el mismo día del discurso en el Zócalo, la FGR sufrió la filtración completa de un expediente de 512 páginas sobre el llamado huachicol fiscal.
El documento —filtrado a medios como Latinus y Reforma— incluye declaraciones de un testigo protegido que acusa a Andrés Manuel López Beltrán (“Andy”) de encubrir una red de robo de combustible ligada a sobrinos del almirante Rafael Ojeda, titular de la Marina.
Se documentan decomisos de 10 millones de litros, 102 denuncias fiscales y pérdidas por 16 000 millones de pesos, además de indicios de tráfico de armamento para cárteles.
La magnitud y precisión de la filtración apuntan a una fuente interna con poder político, no a una fuga fortuita.
Su objetivo: erosionar la herencia moral del obradorismo y debilitar el escudo de impunidad que rodeaba a Tabasco.
El hecho de que la Presidencia y la FGR no desmintieran los contenidos confirma que se trata de un golpe quirúrgico, no de un error.
El silencio institucional, en este caso, habla más fuerte que cualquier declaración.
Las consecuencias son múltiples:
El PAN presentó denuncias penales contra tres hijos de AMLO.
La Embajada de EE. UU. y el Departamento del Tesoro solicitaron acceso al expediente bajo protocolos de cooperación en materia de lavado de dinero.
En el Congreso, legisladores morenistas pidieron “no politizar” el caso, reflejando el desconcierto interno.
La filtración, en suma, no busca exhibir corrupción, sino reconfigurar poder: debilitar al círculo familiar del expresidente y abrir margen de maniobra a Sheinbaum para presentarse como garante de legalidad sin romper con el fundador.
3. Bermúdez Requena y la captura de un símbolo
El 17 de septiembre, la detención y extradición de Hernán Bermúdez Requena (“El Abuelo”), exsecretario de Seguridad de Tabasco, detonó un segundo terremoto.
Acusado de encabezar una red de huachicol y extorsión vinculada al Cártel Jalisco Nueva Generación, Bermúdez fue señalado como operador de confianza de Adán Augusto López, exgobernador y figura clave del obradorismo tabasqueño.
El Reporte Krame (25/09/25) documentó irregularidades en su traslado en un Bombardier Challenger 605 que realizó escalas en Bogotá y Tapachula, territorios políticos “amigos” de Morena.
El itinerario —absurdo desde el punto de vista logístico— revela un propósito político: garantizar que el detenido permaneciera bajo custodia de actores leales al gobierno actual y no bajo control de operadores locales de Adán Augusto.
La captura fue presentada como acto de justicia, pero en realidad funcionó como mecanismo de desarticulación interna.
Bermúdez era más que un exfuncionario: era el nodo operativo que conectaba Seguridad estatal, Marina y operadores petroleros.
Su caída equivale a cortar el puente que unía al obradorismo territorial con su base económica ilícita.
4. Transición de terciopelo: ingeniería política del reacomodo
Ambos episodios —la filtración del expediente y la captura de Bermúdez— encajan en un patrón que Reporte Krame denominó transición de terciopelo:
una sucesión pactada dentro del régimen, caracterizada por movimientos graduales, ausencia de ruptura visible y redistribución controlada del poder real.
Mecanismo operativo
Depuración selectiva. Se exhiben y procesan casos emblemáticos de corrupción ligados al bloque tabasqueño, preservando la narrativa de justicia sin implicar directamente al expresidente.
Sustitución institucional progresiva. Sheinbaum reemplaza discretamente a cuadros de confianza de AMLO en áreas clave (Segob, Marina, Pemex, Seguridad) por operadores leales al nuevo círculo claudista.
Narrativa de continuidad moral. La lealtad pública a AMLO se mantiene como escudo simbólico para evitar ruptura social y política.
Arbitraje externo. Washington actúa como garante informal de estabilidad, especialmente en temas energéticos, migratorios y de seguridad.
La transición de terciopelo no implica ruptura violenta, sino erosión programada: un proceso donde cada golpe al obradorismo se justifica como fortalecimiento institucional.
Mientras los expedientes judiciales desgastan al antiguo núcleo, Sheinbaum consolida el mando sin que el país perciba un conflicto abierto.
Beneficiarios y perdedores
Beneficiarios:
Claudia Sheinbaum: centraliza poder y legitimidad moral.
Washington: asegura continuidad económica y control geopolítico sobre un aliado estable.
Perdedores:
Adán Augusto López: marginado del tablero político tras el caso Bermúdez.
AMLO y sus hijos: convertidos en pasivos simbólicos, objeto de defensa pero no de protección operativa.
5. Morena: un movimiento que se vuelve sistema
Dentro de Morena, la fractura ya no es ideológica, sino funcional.
Los “claudistas” operan desde el aparato gubernamental con eficiencia tecnocrática; los “lopezobradoristas” sobreviven mediante redes de lealtad y nostalgia.
La disputa es por los mecanismos de control político: presupuesto, candidaturas y narrativa histórica.
Los síntomas son visibles:
Monreal advierte una “fractura insalvable” en el Senado.
Noroña denuncia imposiciones en la Mesa Directiva y se aparta del bloque.
Doce expulsiones por vínculos criminales y la pérdida de Veracruz e Hidalgo rompen la ilusión de invencibilidad electoral.
El proyecto de 10 millones de afiliados se estanca; el movimiento se burocratiza.
Aun así, la Presidencia mantiene un 78 % de aprobación, según Enkoll (El País, 2025), lo que otorga a Sheinbaum un poder excepcional para disciplinar sin reprimir.
6. Geopolítica del reacomodo: Washington como árbitro silencioso
En paralelo al reordenamiento interno, Sheinbaum ha consolidado una relación pragmática con Washington.
Funcionarios como John K. Hurley (Departamento del Tesoro) y Marco Rubio han emergido como interlocutores clave en materia de seguridad y energía.
A diferencia del discurso nacionalista de AMLO, Sheinbaum privilegia una interdependencia controlada, permitiendo a EE. UU. influir en áreas sensibles —inteligencia financiera, control portuario, migración— a cambio de respaldo diplomático.
La transición de terciopelo también es geopolítica:
Sheinbaum actúa como bisagra entre la 4T y una nueva élite tecnocrática que garantiza continuidad sin populismo, estabilidad sin autonomía plena.
En términos de política exterior, México se perfila como un socio confiable pero no soberano.
7. Escenarios Krame 2026–2028
A. Transición de terciopelo (alta probabilidad)
Depuración selectiva, renovación institucional y control narrativo.
Sheinbaum consolida hegemonía interna mientras Washington legitima la estabilidad.
Efecto: el obradorismo se convierte en reliquia ideológica.
B. Fractura abierta (probable bajo presión judicial)
Si la investigación del huachicol alcanza formalmente a un hijo de AMLO o a Adán Augusto, se rompe el pacto tácito.
Efecto: parálisis legislativa y movilización territorial del obradorismo duro.
C. Estancamiento controlado (escenario defensivo)
Sheinbaum ralentiza depuración y mantiene unidad simbólica.
Efecto: pérdida del impulso moral; Morena muta en PRI con nuevos colores.
D. Reacomodo binacional (escenario de largo plazo)
EE. UU. consolida influencia sobre la política mexicana mediante cooperación judicial y energética.
Efecto: estabilidad macroeconómica sostenida a costa de autonomía estratégica.
Conclusión: El precio de la continuidad
La 4T atraviesa su metamorfosis más profunda.
El obradorismo ya no es movimiento: es legado en disputa.
Sheinbaum administra esa herencia con bisturí político, filtrando, depurando y reacomodando sin romper públicamente el pacto fundacional.
El discurso de unidad, repetido en el Zócalo, es la cobertura narrativa de una transición pactada.
La “transición de terciopelo” avanza con precisión quirúrgica: los golpes son institucionales, los silencios son tácticos y las lealtades, temporales.
Si la Presidenta logra mantener la estabilidad mientras reconfigura el sistema, habrá ejecutado la operación política más sofisticada desde 1988: una sucesión sin ruptura, pero con sustitución real del poder.
Si falla, la 4T se enfrentará a su propio espejo: un movimiento que muere en nombre de la pureza que lo fundó.
La verdadera fractura no es entre AMLO y Sheinbaum, sino entre el mito de la lealtad y la realidad del poder.
ANEXO TÉCNICO
Mapa de la Transición de Terciopelo 2025–2030
Ingeniería política del reacomodo entre AMLO y Sheinbaum
III. Diagrama SNA resumido (Texto para visualización)
Centro del sistema:
Claudia Sheinbaum Pardo
↳ Nexo dual: lealtad simbólica a AMLO / alianza pragmática con Washington.
Nodos debilitados:
Adán Augusto López Hernández – Coordinador legislativo, desplazado.
Hernán Bermúdez (“El Abuelo”) – Detenido; rompe línea logística Tabasco–CDMX.
Audomaro Martínez Zapata – Disminución de influencia en inteligencia civil.
Andy López Beltrán – Riesgo judicial y mediático por huachicol fiscal.
Nodos ascendentes:
Rosa Icela Rodríguez – Consolidación como operadora institucional del claudismo.
Mario Delgado – Articulador partidista y enlace con EE. UU.
Monreal Ávila – Bisagra legislativa; mantiene cohesión sin confrontación.
Eje externo (arbitraje Washington):
John K. Hurley (Tesoro EE. UU.), Marco Rubio (Comité de Inteligencia), Embajada EE. UU.
↳ Supervisan cooperación en huachicol, migración y energía.
Flujos de influencia:
FGR → SEMAR → Presidencia = depuración controlada.
Presidencia → Morena → Congreso = reconfiguración política.
Washington → Hacienda / SRE = arbitraje estructural.
V. Síntesis interpretativa
La transición de terciopelo no es un pacto de paz, sino una cirugía de poder:
se extraen los órganos del viejo obradorismo mientras se mantiene viva su piel simbólica.
En el lenguaje de la inteligencia política, México asiste a una transferencia de hegemonía por sustitución controlada, donde cada silencio institucional es tan importante como cada expediente filtrado.